GAIANAUTA CAPÍTULO 16
CRISALIMORFOSIS
AL ocultarse el sol se deja caer un nítido rayo de luz. Es el último en verse antes de que la crisálida comience a desintegrarse lentamente.
Gaianauta dentro de su crisálida se encuentra en la obscuridad más profunda y pura de su ser. En la quietud de su mente es donde reside la claridad. Esta claridad le permite sentir y reconocer cada centímetro de la exsistencia, interna y extra simultáneamente.
Detrás de este silencio Gaianuta se permite ver como todo comienza a derrumbarse. Las paredes de su conciencia comienzan a caer como espejos de los reflejos, mientras ella se mira agrietarse como huevos a punto de nacer, de forma gentil pero determinada. Conforme Gaianauta se adentra en su obscuridad, permite la noche caer sobre su conciencia. El polvo de sus muros destruidos crean una espesa y afilada sensación. Un dolor profundo comienza a recorrer todo su cuerpo viniendo del corazón. Los recuerdos de dolor causados por la ignorancia y el apego. Esa supuesta ilusión de separación, de alienación del calor proveniente del sol central.
Gaianauta comienza a sentir cada una de sus células explotar, detonando célula por célula de pies a cabeza. El ritmo de una respiración desesperada la sofocaba, ahorcada en su dolor y congestionada por la pesades de sus pensamientos, en el eco de su mente ella se revolcaba, pues su crisálida en plena destrucción se encontraba.
Un sabio cuervo se acerco al ver esto suceder y con su canto, Gaianauta comprendió que en la penumbra de su propia sombra se reconoce en plenitud.
Y el canto del cuervo resonaba ¨Reconocerte como el todo implica reconocerte con la nada. Reconciliarte con el todo es reconciliarte con tu obscuridad, con el centro donde existe la nada. Ese espacio vacio que sostiene toda la explosión de la exsistencia.
Explorar tu obscuridad, enfrentarla requiere de toda tu voluntad, y esa voluntad dará vida a cada accón¨ El cuervo se va volando y comienza a formarse espesas nubes liberando una tormenta dentro de la crisálida. Gaianauta en un llanto profundo se sigue retorciendo liberando en cada gota todo aquello que la detiene, aquellas cadenas decadentes de baja vibracón. Al haber intensidad y resistencia interna emergen relámpagos luminosos que penetran a Gaianauta por el centro de su chaka corona. Al recibir esta descarga la fricción en su trinidad emanó un sonido tan fuerte que terminó de desmoronar el capullo convirtiéndose en tierra fina y fértil. Una calma y silencio absoluto se adentró en esta explosión que generó la intensa implosión de Gaianauta, la cual quedó vendada con ojos cerrados, semienterrada por mariposas y catarinas, sostenida en una trinidad.
Las gotas de la tormenta se cristalizaron en las hojas del árbol de luz que sostuvo al capullo, crisálida y metamorfosis que apenas comenzaba.