Después de la tormenta cristalizada en las hojas del árbol que sostiene con un fino hilo la crisálida de Gaianauta sopló una suave ráfaga de viento cálido y se comienza agrietar, las tiernas voces del viento murmuran al oído de Gaianauta mientras ella comienza a ver los rayos de sol penetrando el capullo que ahora estaba listo para desapegarse de ella y ella de el.
Los murmuros le hablan diciendo: ¨En tus alas llevas el polvo y el polen, las esporas de vida y creación. Ahora has aprendido que tus palabras se vuelven acciones, con la dulzura que succionaras el néctar de una flor sea con la lengua que hablas. Tomar el néctar es solo para esparcirlo. Tu vuelo será a ciegas …Confia… cada vuelo te quitará una capa de la venda con la que has renacido, puesto que tu mirada cambio de percepción, así veras y presenciaras el todo.
Experimenta la vida de adentro hacia fuera, de capullo a mariposa. Vistes los colores de la tierra codificados en tu vestimenta, aprende de sus vibraciones…¨
Y un blanco muy profundo y absoluto envolvía a Gaianauta mientras atravesaba los finos hilos de seda que la cobijaron. A lo lejos un rio se escuchaba cantar, fluido como se ve en el altar universal. Gaianauta comienza a declarar: ¨En mis alas llevo el firmamento, logro volar en la omnipresencia. El todo logro adentrar, suaves como caricias siento mis alas estirar y desenvolviéndose lentamente¨
Con lágrimas escurriendo de sus mejillas se enfrenta al dolor ocasionado por las héridas en su piel que como cráter comienzan a expandirse abriendo salida a los tejidos de sus alas listas para volar. Expuesta su alma a las corrientes del canto del viento, las hojas del árbol se comienzan a soltar, los arboles empiezan a danzar mientras Gaianauta se desnudaba, soltando el capullo y la seguridad. Enrollada, arrodillada ante sí misma, permite el florecer de sus alas bendecidas por los polvos y polen mágico que se desprende del hilo que tejió su capullo.
Con la mano en su corazón se entrega a su propio latido conectado al canto de las sirenas en el cielo.
La incomodidad y la vulnerabilidad se convirtieron en maestros aliados, como llave Gaianauta comprendió que el entregarte a ellos y abrirte al dolor es para transformarlo en amor.
Crearte, morirte y renacer al palpitar del corazón central del Universo.
Tejiendo mundos y dimensiones, se traza el mapa que espera su vuelo. Mapa que ya está dibujado en los bordados y tejidos de las alas que reposan sobre su espalda. Para mirarlo tendrá que confiar plenamente en el radar de su intuición.
El sereno rociaba sus alas, un rayo cristalino de sol brillaba sobre ellas y las calentaban preparándola para su primer vuelo. En la melodía de su primer aleteo sonaba una vida entera, integra, nítida la vibración del corazón que retumbo en todas las galaxias.